TE SALUDO, ¡OH SER!
Te saludo, ¡oh Ser!, que resides en el loto del corazón y cuyas dos alas son la conciencia y su reflexión. Te saludo, ¡oh Ser!, sol que despeja la oscuridad de la ignorancia. Te saludo, ¡oh Ser!, promotor del amor supremo que mantiene todas las cosas del universo.
¡Oh, Ser!, brillas en el sol con luminosidad y pureza, y resplandeces fríamente en la luna. La pesadez de las montañas y la velocidad del viento surgen de ti mismo. Por tu causa la tierra es firme y el espacio vacío. Afortunadamente te he comprendido. Por suerte, ya no hay diferencia entre tú y yo: tú eres yo, yo soy tú. ¡Saludo a mi Ser infinito y sin ego, saludo al Ser sin forma!
¡Te saludo a ti, mi propio Ser, que lo eres todo! El Ser es todo en todo y existe en todas las cosas, como la fragancia existe en las flores y el aceite en la semilla de sésamo. ¡Saludo a mi Ser infinito y sin ego, saludo al Ser sin forma!
Resides en mí en estado de equilibrio, como la consciencia testigo, sin forma y sin divisiones. Eres el fundamento de la verdad en el que todo reposa. Los mundos están siempre potencialmente presentes en ti y por ti se hacen manifiestos. ¡Tú eres su realidad!
La felicidad y la desgracia se disuelven cuando tú te aproximas, como la oscuridad se desvanece en presencia de la luz. A pesar de ello, la experiencia de felicidad solo es posible a causa de la luz de la consciencia que emana de ti.
Yo te saludo Ser y te celebro, porque has manifestado este universo sin límites. Te saludo, Ser de la paz suprema. Te saludo, Ser que eres el origen y la meta de estas escrituras y estás más allá de las mismas. Te saludo, Ser que naces y resides en todas las criaturas. Te saludo, Ser no nacido. Te saludo, Ser que permaneces debajo de todo cambio y toda destrucción, inmutable. Te saludo, Ser que eres la existencia y la no existencia. Te saludo, Ser que puedes Ser alcanzado y conquistado.
Vivo para conquistarte. Te saludo ¡oh, Ser! y te celebro. Mientras existes como la realidad pura, ¿dónde está la esclavitud, dónde la desgracia, dónde la fortuna, dónde el nacimiento y la muerte? Permaneceré para siempre en la paz suprema.
(Selección del Canto al Ser, que se encuentra en el Yoga Vâsishtha).
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El Yoga Vashista, se atribuye al sabio (semi legendario) Valmiki, situado entre los s. XI-XIII. Valmiki expone a su discípulo Bharadvâja las conversaciones del sabio Vâsishta con el príncipe Râma. Es la segunda obra más extensa en sánscrito, después del Mahabharata.
Versión castellana (síntesis): Yoga Vasishtha, un compendio. Etnos, 2008. 690 p. El Canto, en las pgs. 245-248)
O también: Valmiki. Yoga Vasishta: El mundo está en el alma. J.J. de Olañeta, 1994. 132 p. (es la traducción de una versión resumida que se publicó en la India en el siglo XIX)