SÍNTOMAS DE LA EPIDEMIA DE FELICIDAD
- Tendencia a guiarse por la intuición personal en lugar de actuar bajo la presión de los miedos, ideas preconcebidas y condicionamientos del pasado.
- Falta total de interés en juzgar a los demás, juzgarse a sí mismo y estar interesado en cualquier cosa que genere conflicto.
- Pérdida completa de la capacidad de preocupación (este es uno de los síntomas más graves).
- Constante placer de apreciar las cosas y los seres tal y como son, que lleva a la desaparición del hábito de querer cambiar a los demás.
- Intenso deseo de transformarse para gestionar positivamente los pensamientos, las emociones, el cuerpo físico, la vida material y el entorno para desarrollar constantemente su potencial de salud, creatividad y amor.
- Repetidos ataques de sonrisa, esa sonrisa que dice «gracias» y expresa un sentimiento de unidad y armonía con todos los seres vivos.
- Apertura creciente sin cesar hacia el espíritu de la infancia, hacia la simplicidad, la risa y la alegría.
- Momentos cada vez más frecuentes de comunicación consciente con la propia profundidad y de vivencia de la no-dualidad…, con la sensación de plenitud y felicidad que la acompaña.
- Placer de comportarse como un sanador que trae alegría y luz, en lugar de crítica o indiferencia.
- Capacidad de vivir sol@, en pareja y en sociedad, con fluidez e igualdad, sin jugar a ser víctima, verdugo o salvador.
- Responsabilidad de ofrecer al mundo sus sueños de un futuro justo, armonioso y pacífico.
- Aceptación total de la propia presencia en la tierra y disposición a elegir en cada momento, lo bello, lo bueno y lo verdadero.
Si quiere seguir viviendo con miedo, dependencia, conflicto, enfermedad y conformidad, evite todo contacto con personas con estos síntomas. ¡Esta enfermedad es extremadamente contagiosa! Si ya tiene síntomas, debe saber que su condición es probablemente irreversible. No existe una vacuna contra la enfermedad.
Dado que esta enfermedad de la felicidad causa una pérdida del miedo a morir, que es uno de los pilares centrales de las creencias de la sociedad materialista moderna, es probable que se produzcan disturbios sociales, como huelgas de la mente belicosa y de la necesidad de tener razón.
