Maharaj: ¿Qué le hace creer que usted es un individuo separado?
Interlocutor: Yo me comporto como un individuo. Funciono a mi propia manera. Me considero primero a mí mismo, y a los demás solo en relación a mí mismo. En pocas palabras, me ocupo de mí mismo.
Mah: Bien, continúe ocupándose de usted mismo. ¿Para qué asunto ha venido usted aquí?
Int: Para mi viejo asunto de ponerme a salvo y de hacerme feliz. Confieso que no he tenido demasiado éxito. No estoy a salvo ni soy feliz. Por lo tanto, heme aquí. Este lugar es nuevo para mí, pero mi razón para venir aquí es vieja: la búsqueda de una felicidad segura, y de una seguridad feliz. Hasta ahora no la he encontrado. ¿Puede usted ayudarme?
Mah: Lo que nunca se ha perdido jamás se puede encontrar. Su búsqueda misma de seguridad y de goce le mantiene alejado de ellos. Detenida la búsqueda, cesa la pérdida. La enfermedad es simple y el remedio igualmente simple. Es su mente solo la que le hace inseguro e infeliz. La anticipación le hace inseguro; la memoria, infeliz. Deje de usar mal su mente y todo estará bien en usted. Usted no necesita enderezarla, se enderezará por sí misma, tan pronto como abandone todo interés en el pasado y en el futuro y viva enteramente en el ahora.
Int: Pero el ahora no tiene ninguna dimensión. ¡Devendré un nadie, una nada!
Mah: Exactamente. Como nada y nadie usted está a salvo y feliz. Usted puede tener la experiencia preguntando. Inténtelo.
Pero volvamos a lo que es accidental y a lo que es espontáneo, o natural. Usted ha dicho que la naturaleza es ordenada mientras que el accidente es un signo de caos. Yo he negado la diferencia y he dicho que nosotros llamamos «accidental» a un acontecimiento cuando sus causas no pueden ser rastreadas. No hay ningún lugar para el caos en la naturaleza. Solo en la mente del hombre hay caos. La mente no abarca el todo, su foco es muy estrecho. Ve solo fragmentos y no llega a percibir el cuadro. Lo mismo que un hombre que oye sonidos, pero que no comprende el lenguaje, puede acusar al orador de cháchara sin sentido, y de estar enteramente equivocado. Lo que para uno es una corriente de sonidos caótica, es un bello poema para otro.
El rey Janaka soñó una vez que era un mendigo. Al despertar preguntó a su Gurú Vasishta: «¿Soy un rey que sueña que es un mendigo o un mendigo que sueña que es un rey?» El Gurú respondió: «Tú no eres ni uno ni otro, eres ambos. Tú eres, y no obstante no eres lo que piensas que eres. Eres debido a que te comportas como si lo fueras; no eres debido a que ello no dura. ¿Puedes ser siempre un rey o un mendigo? Todo está sujeto al cambio. Tú eres lo que no cambia. ¿Qué eres tú?»
Janaka dijo: «Sí, yo no soy ni un rey ni un mendigo, yo soy el presenciador desapasionado».
El Gurú dijo: «Esta es tu última ilusión, la de que tú eres un jnani, la de que eres diferente y superior al hombre común. De nuevo te identificas a ti mismo con tu mente, en este caso una mente de buen comportamiento y en todo modo ejemplar. Mientras que veas la más mínima diferencia, eres un extraño para la realidad. Estás en el nivel de la mente».
De NISARGADATTA Maharaj, Yo soy Eso, Sirio, Málaga 2000 (ed. orig. 1981). Tomado de www.grego.es
Se puede descargar gratis en: http://www.formarse.com.ar/libros/libros_gratis/inspiradores/yo-soy-eso.PDF