Digo yo, digo mí
y aumenta el aislamiento, crece la separación, el miedo.
Abandono esa naturaleza muerta
y vuelve a sonar la sinfonía de la vida inagotable.
Tantas interpretaciones
como instrumentos que anhelan interpretarla.
Afinar amorosamente la nota
que soy en el pentagrama divino
para armonizar el total de esa sinfonía.
Mi naturaleza humana es solo una caja de resonancia de la totalidad.
Begoña ABAD