Entrevista de Lluís Amiguet a Carlo Rovelli, en La Contra, de La Vanguardia, 23.07.2020.
Carlo Rovelli, que concibió la física cuántica de bucles, publica el libro ‘¿Y si el tiempo no existiera?’.
“Somos vibraciones fugaces entre billones de estrellas”.
Querer saber o creer saber
- Doctor Rovelli: ¿cree saber y envejece o quiere usted saber y rejuvenece?
- Para empezar, con los años tengo menos ganas de romperlo todo. Pero yo creo que es al revés: son los jóvenes quienes creen que ya lo saben todo. Porque los mayores hemos ido descubriendo que no sabíamos nada. Cuando era joven, estaba mucho más seguro de mis opiniones. Pero no pierdo la curiosidad. Tengo el problema opuesto: debo esforzarme para contenerla; porque si no, leería todo, iría a todas partes y hablaría con todo el mundo y no acabaría nada. Por eso, a menudo, me sorprendo a mí mismo leyendo un libro que no tiene nada que ver con lo mío y me regaño: “Carlo, para ya, no puedes aprenderlo todo. Deja estar el librito”.
Describa el universo en cinco líneas.
Gran reto. El universo es un lugar inmenso y misterioso, lleno de maravillas insólitas y de una rara belleza. En él hay explosiones gigantescas, arabescos primorosos y arco iris con billones y billones de galaxias y billones y billones de estrellas. Cerca de una de esas estrellas se emiten unas vibraciones fugaces entre tantas: nosotros. Somos nosotros con nuestras ideas, sueños, alegrías y penas y nuestra contemplación atónita de la inmensidad. Somos apenas un destello.
Pero somos.
Somos y queremos saber.
¿Y si el universo fuera un caos del que no podemos saber más de lo que sabemos?
Todo es posible. Pero tendría guasa que fuera precisamente ahora el momento en que ya hemos comprendido todo lo que puede ser comprendido y que nos hubiéramos dado cuenta de que no podemos comprender más. Parece más probable que estemos en la misma situación de siempre: hay cosas que ya hemos entendido y otras que son difíciles de entender, pero las entenderemos.
¿Cuándo?
Es una pregunta que en puridad científica quiere decir también ¿dónde?
¿Por qué?
Mire: ahora tengo dos relojes: uno arriba y otro abajo. Son relojes que cuestan miles de euros por su exactitud. Pues bien, en el reloj de arriba el tiempo pasa más lento que en el de abajo. Y eso es una constatación de lo que observo ahora mismo; no es ninguna teoría.
¿El reloj de arriba está atrasado?
No. Está en otro lugar, es decir, otro tiempo. Otro lugar es otro tiempo. Si ahora pasáramos cerca de una estrella muy densa, el tiempo transcurriría más despacio hasta detenerse; y si nos acercáramos a un agujero negro, tan denso que lo absorbe todo, incluso la luz, el tiempo se detendría; el tiempo dejaría de transcurrir. El “ahora” es una dimensión tan local como el “aquí”; no es global.
¿Por qué nos cuesta tanto entenderlo?
También costó mucho a los clásicos entender que la Tierra giraba, porque sus ojos les decían que estaba quieta. Y hoy, desde cualquier satélite, la vemos girar en el espacio.
Hoy solo hay que creer a tus ojos.
Y, cuando un padre coja una nave espacial y cuando vuelva tras toda una vida de viajes, vea que su hijo es más viejo que él, nos daremos cuenta de que el tiempo es diferente en cada lugar. Y nos lo dirán nuestros ojos.
¿Estamos inmersos en espacio-tiempo?
Piense en una medusa hecha de espacio-tiempo que tiembla y se agita: nosotros estamos dentro. Si nos movemos, cambiamos de espacio y tiempo. Los militares que enviaron los primeros satélites GPS no se lo creían. Y pusieron en ellos dos medidores. El suyo, aún newtoniano; y el otro, con las correcciones de la relatividad de Einstein.
Menos mal.
Sí, porque ahora puede saber dónde está en su móvil gracias a los cálculos de Einstein.
¿Podría entonces ahora estar muerto arriba y vivo abajo?
Eso ya es cuántico. La mecánica cuántica demuestra que las partículas elementales no están aquí, sino que pueden estar aquí y allá.
¿Lo que es está en dos sitios a la vez?
Porque las partículas de la materia que también nos forma a nosotros no están quietas en un sitio, sino que son saltos de una interacción a otra.
¿Pero por qué la realidad parece fija?
Es otra ilusión, como la de ver a la Tierra plana y quieta cuando gira. Es como un lago, que nos parece quieto, pero al microscopio veremos que está hecho de moléculas en constante agitación.
Eso suena muy hippy.
Es que el universo no está hecho de materiales sólidos regidos por leyes invariables, sino de ondas, vibraciones, energías que interactúan constantemente. Hoy intentamos aunar la relatividad y la cuántica. Y yo participé en la teoría de bucles que lo explica.
¿El universo es tan feo como en el modelo estándar con docenas de partículas?
A mí ya me parece armónico que cuanto vemos sea la combinación de solo unas docenas de partículas. Pero, sí, tal vez alguien un día encuentre un orden en ellas. Yo trabajo ahora en la comprensión de las propiedades cuánticas de espacio y tiempo. Aunque es cierto que la teoría general de la relatividad es más bella que el modelo estándar y es una de mis razones para trabajar en ella.
¿Se le ha hecho largo el confinarse?
No confundamos el tiempo de nuestra percepción con el de la física.
¿El dinero público para buscar vida extraterrestre mejor gastarlo en otra cosas?
Nuestra galaxia es tan inmensa que es muy improbable que la vida en la Tierra sea algo único o siquiera especial. Encontrar vida extraterrestre sería tan relevante, al menos, como los descubrimientos de Copérnico o Darwin. Invertir en descubrirla es mucho más rentable que la mayoría de investigaciones científicas en curso.
Libros de Carlo Rovelli:
- Siete breves lecciones de física.
- La realidad no es lo que parece. La estructura elemental de las cosas.
- El orden del tiempo.