«EL SABER QUE DA EL SABOR» // Esther Fernández Lorente

Sé muy pocas cosas

con el saber que da el sabor.

Repleta de nombres prestados,

de defensas aprendidas,

cada día me sorprendo

con todo lo que no veo,

lo mucho que no comprendo,

porque…

sé muy pocas cosas

con el saber que da el sabor.

 

Cierro mis ojos de juicio,

con las manos muy abiertas,

llenas de posibilidades,

acaricio el misterio y 

todo es mucho más,

mucho más hondo,

mucho más amplio, 

diferente

de lo que mis limitadas imágenes

han entendido,

de lo que mis limitadas creencias

han grabado…

porque

no saben 

que sé muy pocas cosas.

 

Pero sé ciertamente,

con el saber que da el sabor,

que el amor es el suelo y el horizonte,

que no hay nada fuera 

de su amplia y amorosa mano,

que la vida es confiable

y no existe ser,

en quietud o en movimiento, fuera 

de este bello y amoroso espacio,

que no sea amable,

que no sea amado.

Lo sé ciertamente,

sin duda, 

con ese saber que da el sabor,

porque en mí está el saber,

porque en mí está el sabor.

 

                                         Esther Fernández Lorente