MUERTE Y VIDA

EL RÍO Y EL OCÉANO

Dicen que antes de entrar en el mar, el río tiembla de miedo…
mira para atrás, para todo el día recorrido,
para las cumbres y las montañas,
para el largo y sinuoso camino que atravesó entre selvas y pueblos,
y ve hacia adelante un océano tan extenso,
que entrar en él es nada más que desaparecer para siempre.

Pero no existe otra manera.
El río no puede volver.
Nadie puede volver.
Volver es imposible en la existencia.
El río precisa arriesgarse y entrar al océano.

Solamente al entrar en él, el miedo desaparecerá,
porque apenas en ese momento,
sabrá que no se trata de desaparecer en él,
sino volverse océano”

Khalil Gilbran.

En una entrevista concedida a sus noventa y cuatro años –dos antes de morir-, al preguntarle la periodista sobre el miedo a la muerte, José Luis Sampedro afirmaba: “Frente al exterior que no podemos conocer del todo hay una actitud de inquietud e indefensión. Eso nos lleva a decir: voy a transformar el mundo, como dicen ahora. Yo no pretendo cambiarlo, sino estar en armonía con él, y eso supone una vida que cursa como un río. El río trisca montaña abajo, luego se remansa, y llega un punto, como estoy yo, en que acaba. Mi ambición es morir como un río, ya noto la sal. Piense en lo bonito de esa muerte. El río es agua dulce y ve que cambia. Pero lo acepta y muere feliz porque cuando se da cuenta ya es mar

José Luis Sampedro.

“Todo progresa y se expande… y nada se destruye, y morir es distinto de lo que todo el mundo suponía, y más afortunado. ¿Hay alguien que haya supuesto que es afortunado haber nacido? Me apresuro a informarle que es igual de afortunado morir, y yo bien lo sé”

Walt Whitman.